Los Consagrados Bajo Sacramento formamos un Cuerpo Espiritual bajo la Ley de JesusCristo.
Nuestro principal sentido es poner por Obra la Voluntad del Padre en cada uno de nosotros...

La Oración

Cristo Jesús enseña que:

“Cuando ustedes oren, no sean como los hipócritas, a quienes les gusta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Les aseguro que con eso ya tienen su premio. Pero tú cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre que esta allí a solas contigo y tu Padre que ve lo que haces en secreto te dará tu premio.
Y al orar no repitas palabras inútiles como lo hacen los paganos, que se imaginan que cuanto más hablen más caso les hará Dios .No sean ustedes como ellos, porque su Padre ya sabe lo que ustedes necesitan antes que se lo pidan.” ( Mateo 6, 5-8)

Como lo dice esta cita bíblica de Mateo, la oración es una instancia de encuentro con nuestro Dios Vivo, es un dialogo entre el Hombre y Cristo a puerta cerrada.

Hacemos oración para estar cerca de Dios y en Dios; no debe ser un rezo aprendido sino que usando palabras que entendamos pues lo básico en la oración es saber lo que se dice y para que la hacemos. Esta debe ser una conversación, un dialogo abierto con JesusCristo, para aquietar nuestra alma, para agradecer, para alabar y declarar nuestra fe en nuestro Dios creador.

Los seres humanos oramos porque nos permite conectarnos con el Reino de Dios y estar cerca de El, y es la principal herramienta que posee todo ser espiritual. Debemos orar en espíritu, sin intenciones oscuras, sino que con quietud del alma y con buena disponibilidad hacia la voluntad de Dios.

Al aperturar la oración nos dirigimos al Padre creador y para eso colocamos a Cristo Jesús como único intermediario, el único con la autoridad de presentarnos ante el Padre Celestial. Conversamos con Cristo Jesús, con actitud humilde y usando un lenguaje de respeto, sincero, y siempre recordando que nos estamos dirigiendo a Dios. Cerramos la oración declarando nuestra fe y confianza en el Reino y nuestra disposición para aceptar la voluntad del Padre Creador en nosotros.

Debemos orar con fe y honestidad para que nuestra oración sea escuchada por el Reino, teniendo presente el perdón, y este sentimiento debe ser real y verdadero, ya que sin arrepentimiento no hay perdón.

La oración también es aquella que hacemos en un tiempo breve, cotidiano, permanente, con objetivos específicos como por ejemplo, agradecer a nuestro Dios por alguna situación o condición especial.



Mi relación con Dios

De niña sentí un llamado espiritual, que no lograba identificar ni canalizar como un llamado de Cristo en mí. Por largo tiempo creí que este sentir en mi espíritu era para seguir una vocación religiosa.

A pesar de que dialogaba frecuentemente con JesúsCristo, con el pasar de los años y coincidentemente pertenecer a un colegio con formación católica, este dialogar lo fui perdiendo y mis oraciones se convirtieron en algo formal, en rezos repetitivos, sin sentido. Recuerdo haber aprendido el Padre Nuestro sin conciencia de lo que decía, solo lo repetía, sin nunca recibir el significado de tan relevante oración.

Los rituales aprendidos eran para mí extensos y monótonos, y solamente apreciaba cercanía con Dios cuando estaba atribulada, agobiada y hacia alguna petición sobre un hecho concreto, que consideraba importante para mí sin tener la claridad que todo depende de Dios y se hace conforme a su voluntad.

En la confesión, que era otro de los rituales, nunca tuve conciencia del real arrepentimiento y perdón que Cristo nos ha enseñado.

Hoy como Consagrada en Cristo, he aprendido y comprendido lo vital que es la oración en nuestras vidas, ya que Cristo está en el espíritu de cada uno y no necesitamos de un intermediario o templos de ladrillos para que Él nos escuche, al contrario, Cristo no es un Dios lejano como se suele creer, Él esta presente en cada momento de nuestro día; Él nos conoce y sabe nuestras necesidades y peticiones; Él solo espera que lo busquemos y tengamos una Relación Personal con el Dios que es y así llegar a conocer la Voluntad del Padre y ponerla por obra.

En estos tiempos de tribulación que vivimos y donde el mal está tan presente en el mundo, es muy importante que los creyentes conozcan al Cristo Vivo, al Dios verdadero, que no es aquel que murió en la cruz, sino aquel Dios cercano que nos escucha y ama. Sabemos que su Segunda Venida está muy acerca, por eso que es trascendental tener una verdadera relación con el Reino de Dios, para que cuando El venga estemos preparados en la espera y no pase Cristo desapercibido ante nuestros ojos. Esta relación se inicia con la oración de corazón en un verdadero dialogo con el Dios Vivo. Para ello los Consagrados y Sacerdotes hemos abierto Círculos de Oración que compartimos con los creyentes para que estrechen su relación con Cristo y a través de este dialogo directo con Dios, puedan recibir en sus espíritus, su voluntad.


Verónica Álvarez Ríos
Consagrada Bajo Sacramento
Octubre de 2010.


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